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Plaza de Cibeles:

Plaza de Cibeles:

La plaza de Cibeles, sin duda uno de los lugares mas bellos de Madrid, presenta importantes valores histórico-artísticos, gracias a los cuatro edificios que cierran su contorno y al conjunto escultórico que ocupa su entorno. Se localiza en la intersección de la calle de Alcalá (que la cruza de oeste a este) con el paseo de Recoletos (al norte) y el paseo del Prado (al sur).








 Fuente de Cibeles:

 

Esta hermosa fuente de varios surtidores inspirada en la mitología griega (la diosa Cibeles, símbolo de la Tierra, la agricultura y la fecundidad, sobre un carro tirado por leones), de estilo neoclásico y tallada entre 1777 y 1782 es sin duda uno de los referentes de Madrid.
Los encargados de su realización fueron Francisco Gutiérrez (figura de la diosa ,esculpida en mármol cárdeno, y también esculpió el carro), Roberto Michel  hizo los leones, (esculpidos con el mismo tipo de mármol que la Diosa) y el adornista Miguel Ximénez, que tallo sobre piedra.
Sus dimensiones don unos 5,5 metro de altura y 4,7 de anchura.


 

 

 

Palacio de Cibeles:

 

Este edificio sin duda marca la guinda a esta gran plaza, fue el último en abrir sus puertas al público albergando, hasta 2007, los servicios generales de correos y posterior mente la alcaldía madrileña.
Confluye entre las calles de Alcalá y los paseos de Recoletos y Prado.
El palacio, que ocupa una superficie total de 12.207 m², se construyó sobre terrenos integrados originalmente en los Jardines del Buen Retiro, este comenzó a edificarse en el año 1904, a partir de un proyecto de los arquitectos Antonio Palacios y Julián Otamendi y del ingeniero Ángel Chueca Sainz y finalmente acabado en 1917, trece años después.
Su torreón, que mide 60 m, es un espectacular mirador y sus terrazas son perfectas para ver el skyline de Madrid mientras se disfruta del ambiente y la comida.



 

 

 

 Banco de España:

 

Fue creado en 1884 e inaugurado en 1891, las obras de este espectacular edificio se hicieron siguiendo el proyecto de los arquitectos Eduardo Adaro y Severiano Sainz de la Lastra, ese mismo año, el 4 de julio, se pondría la primera piedra del Banco curiosamente por el mismo rey, Alfonso XII.
Se encuentra en la esquina suroccidental de esta plaza y realmente ocupa un lugar muy destacado en ella así pues fue declarado Bien de Interés Cultural de España en 1999.



  

 

 

Palacio de Linares:

 

Este edificio de la plaza es también conocido como La Casa de América, institución que fomenta las relaciones culturales entre España y los países latinoamericanos.
El Palacio de Linares debe su nombre a Mateo Murga Michelena, marqués de Linares, quien ordenó su construcción en 1877 al arquitecto Carlos Colubí. 
El edificio, que ocupa un solar de 3.064 m², fue concluido en 1900 y cabe destacar de él su chaflan circular y su escalinata en el hall principal de marmol de doble derrame, este palacio fue restaurado en los años noventa, haciendo posible hacer de él un edificio magestuoso.






Leyenda de los fantasmas:

Una turbia leyenda persigue a José y Raimunda, y al palacio que levantaron en Madrid. Según la rumorología madrileña, el palacio de Linares encerraría los fantasmas de los primeros marqueses de Linares, así como el de una niña, su supuesta hija. Siguiendo esta leyenda, José de Murga y Reolid le habría confesado a su padre, el rico comercial Mateo Murga y Michelena, haberse enamorado de una muchacha humilde, Raimunda Osorio, supuestamente hija de una cigarrera de Lavapiés. Al conocer su padre el nombre de la joven, horrorizado, habría mandado a su hijo a estudiar a Londres, con el fin de hacerle olvidar tal amor de juventud. La razón de su espanto vendría dada por el hecho de que esa muchacha humilde habría sido fruto del amor extramatrimonial del propio Mateo con la madre de ésta, y por tanto, ambos enamorados serían hermanos de padre.
La leyenda continúa situando a Mateo recientemente muerto y a los jóvenes recién casados. En tal situación habría encontrado José una carta de su padre dirigida a él en la que le explicaba las razones de su oposición a tal relación. José y Raimunda, conscientes del pecado incestuoso que habrían cometido, se habrían dirigido al papa Pío IX, quien finalmente les habría otorgado una bula papal denominada Casti convivere, esto es, vivir juntos pero en castidad. Sin embargo, el amor que se profesaban les habría hecho pasar por alto su relación de medio hermanos y habrían engendrado una hija, a la que habrían asesinado siendo niña para evitar un gran escándalo. Tal hija, Raimundita, habría sido emparedada o ahogada, y enterrada en el propio palacio y, según tal leyenda, hoy en día, seguiría su espíritu paseandose por los grandes salones del viejo palacio cantando canciones infantiles y llamando a sus padres.